Porque en trece episodios los guionistas han oscurecido una serie que ya apuntaba maneras en cuestión de crueldad, agresividad y humor negro. Éste es un breve análisis de una segunda temporada más explícita que la anterior en sexo y miseria moral.
¡¡¡Mis ojos, mis ojos!!!
(Sí, esta entrada contiene SPOILERS)El decimotercero episodio, We have manners. We’re polite, le regala una última satisfacción y la oportunidad de dejar su particular legado al mundo y en concreto, a las internas de la prisión de Litchfield.
Pero para llegar a este amargo final feliz (¿existe bitter happy end?), en el que no ha faltado la mala baba, han tenido que pasar antes trece episodios de alta intensidad que han provocado que la temporada en conjunto haya resultado muy adictiva.
Perras viejas enseñando los dientes
Respecto a la temporada anterior, la serie ha cambiado su tono: más oscura y sin tantas florituras, con violenta física y psicológica, con personajes manipuladores hasta la crueldad más absoluta como Vee cuando se aprovecha de la mente torturada de Crazy Eyes.
Porque, en mi opinión, Vee ha sido el gran personaje de la temporada: la actriz Lorraine Toussaint ha dado forma a una líder capaz de todo con el fin de mantener su estatus. Y cuando afirmo todo, es todo según muestran los numerosos flashbacks sobre su antigua vida, su relación con Taystee, con Poussay, con Red… Vee cambia de máscara según sea conveniente; es estratega, fuerte y vengativa.
El pulso que ha mantenido con Galina Reznikov, alias Red (Kate Mulgrew), tal y como ya se anunciaba en el tráiler, ha sido uno de los ejes vertebradores de la temporada. Red no ha buscado el enfrentamiento directo al encontrarse en horas bajas, sin apoyos después de cómo terminó la cocina el año pasado. La rusa empieza de cero, luchando por constituir un nuevo grupo ya que, en su caso, sus errores del año pasado le cuestan la confianza de sus amigas y su liderazgo. Sin embargo, eso no le hace perder la mano dura para controlar otros aspectos de su vida y así las conversaciones con sus hijos han sido de lo más cómico de la serie.
La importancia de la manada
Sí, en la prisión mejor no estar sola. Lo sabe Red; lo sabe Vee; lo sabe Soso, nuevo personaje de esta temporada que pasa por distintos cuadros depresivos antes de aceptar que se encuentra en una cárcel.
Estar o no estar dentro de un grupo inclina la balanza: Crazy Eyes encuentra su sitio en el grupo liderado por Vee, convirtiéndose en su esbirro. El hecho de que alguien muestre interés por ella, le hace recuperar cierta dignidad y un poco de autocontrol.
Por otro lado, Poussay (coprotagonista de una de las escenas de sexo más explícitas de la temporada), al enfrentarse a Vee, pierde el apoyo de Watson, Cindy y lo que es más importante para ella, la amistad de Taystee. Esta aparente indefensión le convierte en un blanco fácil para Vee y para sus propios fantasmas.
Estar o no estar dentro de un grupo inclina la balanza: Crazy Eyes encuentra su sitio en el grupo liderado por Vee, convirtiéndose en su esbirro. El hecho de que alguien muestre interés por ella, le hace recuperar cierta dignidad y un poco de autocontrol.
Por otro lado, Poussay (coprotagonista de una de las escenas de sexo más explícitas de la temporada), al enfrentarse a Vee, pierde el apoyo de Watson, Cindy y lo que es más importante para ella, la amistad de Taystee. Esta aparente indefensión le convierte en un blanco fácil para Vee y para sus propios fantasmas.
Y esa búsqueda de la manada genera extraños compañeros de viaje como Mr. Healy (Michael Harney) y Pennsatucky (Taryn Manning), que está viva después de lo sucedido con Piper al final de la primera temporada y que, aunque parece más serena, sigue manteniendo su aire enajenado y su carácter al límite de perder los nervios. Su relación con Mr. Healy, del que conocemos su insustancial vida, es una de las tramas más estrambóticas de la temporada.
Piper, loba feroz
Lo anunciaba el tráiler y lo comentamos después del visionado del primer episodio ‘Thirsty Bird’: Piper está cambiando a marchas forzadas en esta segunda temporada. Más sarcástica y agresiva, en algunos casos motivos no le faltan, sobre todo en lo que concierne a su situación personal.
Su actitud en el último episodio de la temporada, delatando a Álex, muestra un paso más en esa transformación del carácter: pragmática, cruel y vengativa.
Dejamos fuera de este breve análisis a Lorna Morello, a Big Boo, a Caputo y su futuro laboral, y a Nicky y sus debilidades. Y también dejamos fuera al ámbito latino, con Gloria (Selenys Leiva) a la cabeza y su futura relación con Red, (recordemos que la cocina es el terreno natural de la rusa) y la situación cada vez más tensa entre Dayanara (Dascha Polanco) y John (Matt McGorry) según avanza la recta final del embarazo, que probablemente ocupará buena parte de las tramas de la siguiente temporada, ya confirmada, según adelantan los guionistas de la serie.
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