En el ecuador de la cuarta temporada, 'The Americans' mantiene con acierto un adictivo pulso entre el drama y la tragedia que podría inclinarse a favor de la segunda en sus últimos capítulos.
¡¡¡Mis ojos, mis ojos!!!
(Sí, esta entrada contiene SPOILERS)
Imagen: Fox España TV |
pero es a través de la relación entre Martha y Clark, uno de los alias de Philip Jennings, donde vemos un claro paralelismo con estos sucesos.
Aquellos/as que no sean seguidores de la serie probablemente desconozcan el origen de esta relación: Martha Hanson (interpretada por la actriz británica Alison Wright) es la secretaria de la oficina de Contraespionaje del FBI, un personaje más bien solitario y gris que desde una perspectiva estratégica, supone un objetivo aparentemente sencillo para el patriarca de los Jennings: presentándose como Clark Westerfeld, un supuesto agente del FBI encargado de destapar filtraciones en el departamento donde también trabaja Stan Beeman (vecino del matrimonio de espías), inicia una relación de trabajo con la secretaria que termina siendo romántica.
Este mayor vínculo facilita que Martha pueda ejercer de espía sin saberlo y que bajo la excusa de descubrir a un supuesto topo, coloque un micrófono en el despacho de Frank Gaad, director del departamento.
Una falsa relación que va demasiado lejos
Desde un punto de vista del guión, esta trama era bastante previsible; sin embargo, las implicaciones que ha generado esta falsa relación, que han incluido la organización de un falso matrimonio entre Martha y Clark, han terminado afectando a la relación del matrimonio de espías y al propio Philip.
Aunque no está enamorado de ella, Clark/Philip ha terminado desarrollando un sentimiento de empatía y, sobre todo, de protección y responsabilidad hacia ella. Es consciente de que ha asumido importantes riesgos que la colocan en una situación delicada a nivel emocional y profesional. Por ello, ya en la temporada anterior se ve obligado a desvelar parte de su identidad y en el último episodio, 4x07 Travel agents, para aliviar el estado de crisis emocional en el que vive Martha, da un paso más allá y confiesa su verdadero nombre: no Philip, sino Mikhail.
Por otro lado, este ejercicio de responsabilidad siembra, como ya vimos en la segunda temporada, ciertas dudas en Elizabeth que, si bien no percibe a Martha como una rival al uso, sí que es consciente de que ella le podría proporcionar un tipo de vida como la que él desea, lejos del gran ojo del KGB. De hecho, en el mismo episodio, llega a preguntarle a Philip indirectamente por sus verdaderos sentimientos.
Tal y como se está desarrollando esta temporada, con la antigua secretaria en el punto de mira de una investigación en su departamento y una solución sobre la mesa que no satisface a la principal afectada, el final que los guionistas han decidido para el personaje de Martha podría no ser solo dramático sino también arrastrar al matrimonio protagonista y a su familia. Porque esta temporada, donde el contexto político ha pasado a un segundo plano, el entramado de tapaderas que el Philip y Elizabeth han construido parece a punto de saltar por los aires.
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