martes, 11 de octubre de 2016

'Orange is The New Black' vuelve a los inicios en su cuarta temporada

Los guionistas de 'Orange Is The New Black' recuperan el tono de la primera temporada de la serie agitando un cóctel explosivo en una superpoblada Litchfield. Resultado: mucho humor, poco amor y alta tensión.


Sirva esta entrada como llamamiento a aquellas habituales de 'Orange Is The New Black' para que vean la cuarta temporada. La tercera, ya lo comentamos, dejó la sensación de que la serie estaba tocada de muerte, perdida en unas tramas bastante ligeras que los guionistas forzaron al final para convertir a Piper en una líder de corte mafioso sin escrúpulos.
Sin embargo, han sabido redirigir el rumbo aprovechando este hilo y otros tantos que dejaron colgando en el último capítulo de la temporada para crear una entrega potente que captura al espectador.

El legado de Trust No Bitch


Los últimos minutos de Trust No Bitch, el último episodio de la t3, dejaban a Alex ante una situación imprevista bastante comprometida. Un cliff-hanger clásico (y no daré más pistas) que se resuelve en el primer capítulo aunque sus repercusiones tengan un dramático eco a lo largo de la temporada.Y esta no fue la única semilla plantada en el final de la tercera entrega que proporciona fructíferas historias en la cuarta: la aparición de nuevos personajes, como el de Judy King, una deslenguada y libertina chef televisiva, que lidera alguno de los momentos más surrealistas e irreverentes, o los nuevos miembros del equipo de seguridad de la prisión, con un comportamiento profundamente turbio.



El último episodio de la tercera temporada nos dejó una de esas sutiles secuencias que consiguen captar al espectador por su belleza y honestidad...y el comienzo de la historia de amor con mayúsculas de la cuarta entrega. La temporada menos romántica hasta la fecha, aparentemente, ha seguido la relación de Poussay y Soso desde que ambas aparecieran en ese plano cogidas de la mano flotando en el lago. Su noviazgo emociona por su ternura, los personajes lo han planteado como si tuviera lugar fuera de la prisión, con sus dudas y malentendidos y con sus sueños y proyecciones de un futuro en pareja.

Tensión social y racial


'Orange Is The New Black' ya no es la serie de Piper Chapman, como ya notamos en la anterior temporada, y su situación en Litchfield ha evolucionado alcanzando el supuesto éxito, si entendemos por éxito convertirse en una capo inflexible. En esta temporada se acercará, consciente o inconscientemente, a posiciones racistas y su ascenso social coincidirá en el tiempo con el de María Ruiz, un personaje presente en la serie desde la primera temporada con un perfil poco agresivo y que se erige, en una más que interesante subtrama, en líder de las dominicanasSu enfrentamiento será inevitable y no será el único enfrentamiento con trasfondo racial: los guionistas han planteado en esta temporada tensiones a dos y tres bandas, donde los oficiales de la prisión, los nuevos y los antiguos, juegan un papel determinante.



La cuarta temporada de 'Orange Is The New Black' ha mezclado ingredientes explosivos con acierto y la tragedia se masca desde el tramo medio de la serie: los problemas de Lollys, la soledad de Healy...Todo parece a punto de explotar al mismo tiempo pero no es hasta los minutos finales del último episodio donde un triste suceso desencadena el caos. Y aquí los guionistas nos la juegan por partida doble: un incidente confuso, que se mueve entre los límites del accidente y del abuso de poder, y un cliff-hanger de órdago, que afecta a toda la prisión, para terminar la temporada. Así las cosas, ¿creéis que han recuperado el tono o no?

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