CRÉDITOS EUROPEOS. '1864', una de las esas series que surgieron del frío

Esta semana se ha emitido el octavo y último episodio de la miniserie danesa '1864', coincidiendo con la emisión del documental ‘Las Series que Surgieron del Frío’ que recoge las claves del éxito de la industria audiovisual en Dinamarca y Suecia.

Con una invitación al carpe diem termina la miniserie '1864', un drama de ocho episodios que narra no sólo uno de los hechos históricos más importantes de Dinamarca, la Guerra de los Ducados, sino también una historia de amor y supervivencia. Por otro lado, nada que no augurara el tráiler de presentación que tan buenas vibraciones generó en su lanzamiento por su imagen cinematográfica.

Después de un comienzo lento apoyado en la más bien idílica infancia, pese a ciertas sombras, y adolescencia de los hermanos Laust y Peter y de su amiga Inge, '1864' se vuelve intensa y compleja. La luminosidad de los primeros capítulos va dando paso a tonos más grises que oscurecen su fotografía y el carácter del trío protagonista. Pero lo que más destacaría sería el realismo de las escenas bélicas y la introducción de ciertos elementos mágicos, a través del personaje de Johan principalmente, en una serie en la que, a priori, no tendría cabida mucha libertad creativa.

Precisamente la libertad creativa, junto con el peso de la literatura negra nórdica, la comunión entre las industrias cinematográficas y televisiva y la búsqueda de un impacto en la sociedad son las razones de peso que sustentan el éxito interno y externo de las ficciones de Dinamarca y Suecia, según Las Series que Surgieron del Frío, producción propia de Canal + cuyo visionado merece totalmente la pena.

El documental reúne entrevistas de productores, guionistas, escritores de ambos países, entre otros Hans Rosenfeldt , creador de 'Bron/Broen', con Jeppe Gjervig Gram, guionista de la archiconocida 'Borgen' y con la escritora sueca de novela negra Åsa Larsson. Todos aportan su visión sobre el éxito de ambas industrias, sus diferencias y lo que es también bastante curioso, los clichés con los que todavía se reconocen daneses y suecos.